sábado, 14 de agosto de 2010

19/07/2010 22:45/23:45

Hay veces que no hay que ponerle nombre a las cosas. Quizá simplemente no puedes ser nombradas y son únicas. Tan especiales que con el simple hecho de llamarlas de una u otra forma las estás infravalorando.
Sí, de verdad que estoy completamente segura, así que, ¿para qué intentarlo?

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