Hay veces que no hay que ponerle nombre a las cosas. Quizá simplemente no puedes ser nombradas y son únicas. Tan especiales que con el simple hecho de llamarlas de una u otra forma las estás infravalorando.Sí, de verdad que estoy completamente segura, así que, ¿para qué intentarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario